En 2012 prácticamente no llovió nada y como consecuencia los cauces bajaron muy mermados, sin riada alguna. Ese verano las plantas subacuáticas tapizaron el río de verde y blanco, dando cobijo y alimento a sus habitantes.
En 2013 las copiosas e interminables lluvias de primavera se sumaron a las de invierno, fundiendo la poca nieve que quedaba en las montañas y provocando enormes riadas que arrastraron cualquier viso de vegetación dentro y a las orillas del cauce. El verano deparó entonces un río pedregoso sin refugio para las truchas.
Aquí os dejo las imágenes.
FOTOS 2012